sábado, 28 de junio de 2008

Asamblea

La sección sindical de cgt en el Liceo (mundialmente conocida como Pepito Grillo), considera que la asamblea superó nuestras espectativas, os aseguramos que el trabajo fué injente.
Aún así, agradeceriamos comentarios y críticas para ayudarnos a mejorar.
Recordad que sería util aportar ideas para el nuevo convenio y que el comité somos todos.
Gracias para los que asistieron y ... para los que no aparecierón, allá ellos.

Salud

martes, 24 de junio de 2008

La guerra de Piero

Dormi sepolto in un campo di grano non è la rosa non è il tulipano
che ti fan veglia dall'ombra dei fossi ma sono mille papaveri rossi
lungo le sponde del mio torrente voglio che scendano i lucci argentati
non più i cadaveri dei soldati portati in braccio dalla corrente
così dicevi ed era d’inverno e come gli altri verso l'inferno
te ne vai triste come chi deve il vento ti sputa in faccia la neve fermati Piero,
fermati adesso lascia che il vento ti passi un po' addosso
dei morti in battaglia ti porti la voce chi diede la vita ebbe in cambio una croce
ma tu non lo udisti e il tempo passava con le stagioni a passo di giava
ed arrivasti a passar la frontiera in un bel giorno di primavera
e mentre marciavi con l'anima in spalle vedesti un uomo in fondo alla valle
che aveva il tuo stesso identico umore ma la divisa di un altro colore
sparagli Piero, sparagli ora e dopo un colpo sparagli ancora
fino a che tu non lo vedrai esangue cadere in terra a coprire il suo sangue
e se gli sparo in fronte o nel cuore soltanto il tempo avrà per morire
ma il tempo a me resterà per vedere vedere gli occhi di un uomo che muore
e mentre gli usi questa premura quello si volta, ti vede e ha paura
ed imbracciata l'artiglieria non ti ricambia la cortesia
cadesti in terra senza un lamento e ti accorgesti in un solo momento
che il tempo non ti sarebbe bastato a chiedere perdono per ogni peccato
cadesti interra senza un lamento e ti accorgesti in un solo momento
che la tua vita finiva quel giorno e non ci sarebbe stato un ritorno
Ninetta mia crepare di maggio ci vuole tanto troppo coraggio
Ninetta bella dritto all'inferno avrei preferito andarci in inverno
e mentre il grano ti stava a sentire dentro alle mani stringevi il fucile
dentro alla bocca stringevi parole troppo gelate per sciogliersi al sole
dormi sepolto in un campo di grano non è la rosa non è il tulipano
che ti fan veglia dall'ombra dei fossi ma sono mille papaveri rossi.


Duermes sepultado en un campo de trigo,no es la rosa no es el tulipán los que te velan en la sombra de las zanjas solamente son mil amapolas rojas.
A lo largo de las riveras de mi torrente quiero que desciendan los lucios plateados,no más los cadáveres de soldados llevados en brazos de la corriente.
Así decías y era invierno y como los demás hacia el infierno te vas triste como quien debe el viento te escupa en la cara la nieve.
Párate Piero, párate ahora, deja que el viento te pase un poco encima, de los hombres muertos en batalla tu llevas la voz, quién dio la vida recibió a cambio una cruz .
Pero tu no lo oíste y el tiempo pasaba, con las estaciones al paso de giava y llegaste a cruzar la frontera un hermoso día de primavera.
Y mientras marchabas con el arma en los hombros viste un hombre en el fondo del valle que tenia tu mismo, idéntico,humor solamente el uniforme de otro color.
Dispárale Piero, dispárale ahora, y después de un golpe dispárale otra vez, hasta que tu no lo veras exánime caer en tierra a cubrir su sangre.
Y si disparo en la frente o en el corazón solamente el tiempo tendrá para morir, pero el tiempo a mi quedara para ver los ojos de un hombre que muere.
Y mientras le prestas tu atención él se da la vuelta, te ve y tiene miedo y abrazada la artillería no te devuelve la gentileza.
Caíste en tierra sin un lamento y te diste la cuenta en un solo momento que el tiempo no te habría bastado para pedir perdón por cada pecado ,caíste al suelo sin un lamento y te diste la cuenta en un solo momento de que tu vida terminaba en ese día y no habría habido retorno.
Ninetta mia, morir en mayo, necesita mucho, demasiado coraje,Ninetta bella, directo al Infierno habría preferido irme en Invierno.
Y mientras el trigo te escuchaba entre las manos apretabas el fusil, entre la boca apretabas palabras demasiado heladas para derretirse al sol.
Duermes sepultado en un campo de trigo, no es la rosa no es el tulipán los que te velan en la sombra de los hoyos solamente son mil amapolas rojas.

Fabrizio de André

De vida beata

En un viejo país ineficiente, algo así como España entre dos guerras civiles, en un pueblo junto al mar, poseer una casa y poca hacienda y memoria ninguna. No leer, no sufrir, no escribir, no pagar cuentas, y vivir como un noble arruinado entre las ruinas de mi inteligencia.

Jaime Gil de Biedma

jueves, 19 de junio de 2008

Asamblea

A tots els treballadors i treballadores del GTL

Us convoquem el dijous 26 de juny a les 16 h a la sala Mestres
Cabanes per una


ASSEMBLEA GENERAL

Ordre del dia:

· Situació actual del teatre
· Intervencions del comité d’empresa
· Nou conveni 2009
· Torn obert de paraules

Comité d’empresa




domingo, 8 de junio de 2008

que corra, que corra...

Nos llega la voz de que este blog y la web del liceu son cada vez más leidos. Si eso fuera verdad, nos enorgullece el hecho de que el esfuerzo que estamos realizando no cae en saco roto pero...
Si eso es verdad, es posible que nadie colabore? que nadie opine sobre algún artículo? que nadie tenga nada que decir? tan consecuentes, previsibles, acongojados, anodinos, apáticos, etc nos hemos vuelto?
No nos creemos que entre casi 500 personas que trabajamos aquí. no haya más que un 1 o 2 por ciento que tengan inquietudes y cosas que contar.
Recordad que además, quedan 6 meses para renegociar el convenio y que cualquier idea puede ser buena. Aunque es más facil no hacer nada y luego criticar el esfuerzo de un grupo de personas que firman un acuerdo nunca a gusto de todos.
Que corra la voz, moveos , inventad, proponed, participad, correos (y no estamos hablando de la entidad postal).

domingo, 1 de junio de 2008

75 años después


Me engañaría si afirmase que entre nosotros se ha celebrado a bombo y platillo el septuagésimo quinto aniversario de la segunda república. A la certificación de que el recordatorio ha sido, muy al contrario, infelizmente modesto, me permitiré agregar la de que no consta que muchos de quienes han tenido a bien acometer la honrosísima tarea de rescatar lo que aquellos años fueron hayan incluido en sus consideraciones a los libertarios de entonces. Cierto es que anarquistas y anarcosindicalistas, los olvidados de los olvidados, mantuvieron una relación comúnmente tensa con las instituciones republicanas.No es mi deseo idealizar lo que nuestros anarquistas fueron en aquellos años convulsos. En sus organizaciones —no conviene confundir a la CNT con un movimiento libertario mucho más amplio— se reveló a menudo una notable distancia entre un puñado de dirigentes y una base más bien dócil y pasiva, se hicieron valer agudas divisiones y eventuales ínfulas autoritarias, se manifestó por doquier un insurreccionalismo poco meditado y ganó peso con frecuencia indeseada una mitología revolucionaria sin mayor sustento. Pero éste es el momento de subrayar que, aun con esas y otras rémoras, nuestros libertarios exhibieron virtudes nada desdeñables, tanto más si se contemplan desde la atalaya de hoy. Con medios irrisorios, mostraron una admirable capacidad de movilización y, aun con las carencias que queramos, dieron rienda suelta a una vigorosa apuesta por la democracia de base plasmada, por ejemplo, en hondas disputas internas que protagonizaron grupos de afinidad y sindicatos. Aprestaron, en fin, organizaciones de masas sin contar apenas para ello con ’liberados’ y sin disfrutar de los recursos dispensados por el Estado, conforme a un modelo del que bueno sería tomasen nota muchas de las hiperburocratizadas instancias de nuestros días.Anarquistas y anarcosindicalistas acometieron, por otra parte, un formidable esfuerzo alfabetizador y culturizador, plasmado en un sinfín de revistas, libros y enciclopedias, de ateneos libertarios y de escuelas. En un magma que a duras penas casaba con las pulsiones primitivistas y retardatarias que tantos gustan de identificar, y aun a merced de la dominante vocación obrerista, abrieron debates cuya actualidad, tres cuartos de siglo después, no ha mermado. Llevados del designio de crear un mundo nuevo sin aguardar a la toma del palacio de invierno, y desdeñosos del poder y sus oropeles, no dudaron en hacer frente a las gentes de orden —entre ellas, por cierto, muchos republicanos— y sus privilegios, lo que acarreó comúnmente una durísima represión. Ésta se convirtió a la postre en una escuela impagable que dio sus frutos, en julio de 1936, en la forma de una respuesta contundente ante el alzamiento militar y, poco después, se diga lo que se diga, en la de un compromiso consistente con la tarea de ganar la guerra, desplegado al tiempo que un experimento revolucionario, el de las colectivizaciones, revelaba una inequívoca conciencia en lo que hace a la distancia entre la socialización de la propiedad y su mera estatalización. Anarquistas y anarcosindicalistas padecieron también, en suma, la crudeza de la represión franquista de la posguerra.Pero al cabo no es todo eso lo importante. Cuando procuramos rescatar la memoria de lo ocurrido, con unos y otros, en el decenio de 1930 inequívocamente lo hacemos para invocar el vigor contemporáneo —la actualidad y la respetabilidad— de muchas de las ideas que entonces se defendieron. Aunque el buen juicio invita a subrayar las notables diferencias que existen entre lo que los libertarios fueron por aquel entonces y lo que hoy son tantas iniciativas que han visto la luz en sociedades muy alejadas en el tiempo y en el espacio, no faltan las líneas de continuidad. Si es verdad que los movimientos libertarios son ahora débiles entre nosotros —y ello pese al rebrote, al que habrá que prestar atención, de un anarcosindicalismo estimulado por el entreguismo y la burocratización de los sindicatos al uso—, no lo es menos que las ideas anarquizantes tienen un ascendiente creciente que en una de las lecturas posibles no es ajeno al hecho de que aquéllas salieron indemnes de la quiebra de unos sistemas, los de tipo soviético, con los que de siempre habían guardado las distancias.Testimonio de lo anterior lo ha sido la influencia del pensamiento libertario en el discurso y en la conducta de lo que dimos en llamar nuevos movimientos sociales, y entre ellos el pacifismo, el feminismo y el ecologismo. La huella de aquél se aprecia también, con todo, en una plétora de iniciativas que, tras reclamarse de la autogestión, la descentralización y la desjerarquización, repudian una sociedad asentada en la competición descarnada, en agresivas operaciones contra el medio natural y en la absurda identificación entre consumo y bienestar. Pero, más cerca aún en el tiempo, el ascendiente que nos ocupa se palpa en unos movimientos antiglobalización que han crecido en un escenario planetario marcado por la explotación, la represión y las exclusiones. Importa subrayar que la vena libertaria no se deriva en este caso de una lectura ideológica de los clásicos del anarquismo acometida por los activistas, sino, antes bien, de una certificación vivencial de cuáles son los problemas que la jerarquía, los liberados y las separaciones generan en organizaciones que dicen ser emancipadoras. Al amparo de muchas de las manifestaciones de esos movimientos —que de nuevo, en el Norte como en el Sur, gustan de desdeñar todo lo que huela a toma del poder—, han renacido, por añadidura, la dimensión solidaria del apoyo mutuo y la apuesta por el trabajo voluntario, muy lejos de los espasmos individualistas con los que con abusiva frecuencia se ha identificado al anarquismo contemporáneo. El relativo, e inevitable, abandono del obrerismo a ultranza del pasado en modo alguno debe identificarse —parece— con un hedonismo claudicante.Hace unos meses El País reprodujo la necrológica con la que el New York Times glosó la figura de Paul Avrich, el profesor estadounidense que nos acercó al anarquismo ruso del primer tercio del siglo XX. El autor, anónimo, de ese breve texto tuvo a bien subrayar que Avrich disentía "de la extendida imagen del anarquista como alguien violento y amoral". No es ésa la imagen que albergamos quienes, y creo somos muchos, nos sentimos orgullosamente obligados a mostrar nuestro respeto y nuestra admiración por los libertarios de antaño. Bien que nos gustaría estar a su altura.
Carlos Taibo es profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid.