viernes, 27 de abril de 2012

Repsol contra Argentina: accionistas contra ciudadanos

En un momento de crisis económica y política inéditas en España desde hace décadas, el Partido Popular en el Gobierno, con menos herramientas de las que pensaba y con una agenda programática diferente de la prometida en las elecciones, recurre al manido y gastado recurso de agitar los vientos de la patria mancillada. El penúltimo recurso una vez que echar la culpa de todos los males a los anteriores gobernantes ya no resulta muy creíble ni entre los golpeados ciudadanos ni entre los insaciables mercados.
Una Argentina en crecimiento y con un Gobierno con voluntad de desarrollar políticas sociales decide asumir el control de uno de los elementos centrales de la soberanía de un país: los recursos energéticos. O, simplemente, decide buscar una opción más beneficiosa para la nación dentro de la lógica mercantil con la que opera el mercado mundial. O, igualmente, dentro del intercambio basado en el interés propio que marca el modelo capitalista –acentuado en su etapa neoliberal– decide reclamar a una gran empresa transnacional mayores inversiones, respeto medioambiental o un trato más ventajoso.

Estas pretensiones de lograr soberanía nacional se han zanjado en América Latina durante el siglo XX con golpes de Estado auspiciados precisamente por las grandes transnacionales y los países del Norte, que cobijan los saqueos de las empresas neocoloniales. Los mismos que hoy señalan a Argentina como un país “poco fiable”. Los mismos que señalaron como “sospechosos” a Allende o a Chávez. Con la diferencia de que hoy es más difícil tumbar gobiernos en América Latina. No porque no lo deseen, sino porque no pueden. El continente americano está aprendiendo a no dejarse abandonar. Y nunca la integración latinoamericana ha estado tan avanzada.

¿Es realmente la nacionalización de 51% de Repsol un problema entre España y Argentina? De la parte española es falso. Repsol es una compañía con apenas 20% de capital señalado como español. El resto corresponde a grandes corporaciones extranjeras. Y ese 20% se corresponde con grandes empresas: las mismas que desde diferentes instancias de España –fiscalía anticorrupción, por ejemplo– se señalan como las responsables del fraude fiscal. En otras palabras, que ni Repsol es española en su totalidad ni la parte que lo es beneficia a los españoles, ya que o no pagan apenas impuestos o tienen sus capitales en paraísos fiscales. Pese a la crisis y sus beneficios ¿creen ustedes que Repsol ha congelado el precio de la bombona de gas? ¿Y es esa la empresa a través de la cual se lastiman los intereses españoles?

Grandes empresas como Telefónica o Iberdrola –o la banca pública, cuyos capitales fueron prácticamente regalados a la banca privada (BBVA o el Banco Santander) pertenecían a todos los españoles. En ese contexto, la discusión sería entre la ciudadanía argentina y la ciudadanía española. Si ese fuera el caso, no estaríamos discutiendo. Resulta más complicado creer que pueden darse comportamientos depredadores entre gobiernos decentes. Ciudadanos democráticos no suelen pelear contra ciudadanos democráticos de otros países. ¿No recordamos que entre Petrobras y los intereses de Bolivia o Uruguay, Lula escogió los intereses de esos pueblos hermanos y no el interés de la compañía pública brasileña? Pero ese no es el caso ahora: se trata de accionistas de Repsol contra ciudadanos argentinos. Y la razón la tiene el gobierno de Cristina Fernández y su voluntad de defender a las argentinas y los argentinos. Por mucho que la derecha política y mediática española presente el asunto como un ataque a la patria.

El Gobierno del PP está, pese a su mayoría absoluta, en un patético momento (igual que la monarquía. Igual que el PSOE). Detrás de su mayoría está solamente el voto de 3 de cada 10 votantes. Su éxito electoral se debió más a la retirada de los votantes del PSOE que a logros propios. La prima de riesgo –la diferencia de los intereses que se pagan por la deuda en comparación con lo que le cuesta financiarse a Alemania– se dispara sin cesar. Aprueban unos presupuestos muy restrictivos y a los cinco días anuncian 10 mil millones de euros más de recortes en sanidad y educación (demostrando caer en lo mismo que acusaron a Zapatero: improvisación). No hay prácticamente una promesa electoral que no hayan incumplido. El 15-M y los indignados crecen en rabia y voluntad de protesta. No pasaron 100 días y el PP perdió en las elecciones en Andalucía más de 400 mil votos. Un Gobierno vinculado directamente a la gran empresa –el ministro de Economía era el responsable de Lehman Brothers para Europa– no está pudiendo con tanta facilidad saquear el país para entregárselo a sus jefes. Y esa gente no perdona.

En tiempos de dificultades, los gobiernos con poca legitimidad siempre ondean las banderas patrioteras. No están en juego los intereses de España, sino los de los depredadores accionistas de Repsol. Si la gasolina o el gas que pagamos en España tuviera precios populares, manifestaciones en las calles clamarían por el regreso de la propiedad española de la empresa. Pero sólo gritan los testaferros de esa compañía. La ciudadanía anda preocupada con otras cosas.

Como el orden global está construido por esos mismos sectores poderosos, la pelea de Repsol va a trasladarse, después del apoyo que brindarán los mismos gobiernos corporativos al Gobierno de España, a los órganos viciados que sostienen el capitalismo neoliberal: el Ciadi, el FMI, el Banco Mundial. El apoyo al Gobierno español del Gobierno corporativo norteamericano o de una Unión Europea volcada a vaciar el contenido social del continente no son sino señales de que hay dos modelos en pugna: el del continente latinoamericano, avanzando hacia sociedades integradas, con derechos sociales y un pueblo corresponsable, y el de Europa, donde se está debatiendo entre desmantelar el Estado social y empobrecer a las mayorías para enriquecer a las minorías –ahí entra también América Latina como objetivo–, o ganar un nuevo pulso ciudadano que ayude a salir de la locura neoliberal y caminar hacia un mundo donde mande la justicia global.


Juan Carlos Monedero

20/04/12

jueves, 26 de abril de 2012

jueves, 19 de abril de 2012

Es solo nuestro



El Extraordinario concierto de los trabajadores del día 22 de Abril
La ciudadanía, mediante las administraciones, paga. 
Las trabajadoras/es con el préstamo de nuestros salarios y trabajo, pagamos.
Es evidente que ninguna razón lógica justifica que quienes son responsables de la situación en que nos encontramos, no paguen también.
El domingo 22 todos los trabajadores/as tenemos el deber de venir al Liceu a exigirles que paguen los platos rotos
Que dimitan. Que negocien. Que nos dejen defender y salvar el Liceo
    Terminamos la temporada pasada, pactando un septiembre de cierre, el primer titulo en versión concierto y malas vibraciones y augurios por doquier.

    Pretendieron ya en esa primavera impresionarnos con un documento, Nuevos Horizontes (no había alternativa posible y de lo contrario toda la culpa para los irresponsables y nada dialogantes trabajadores) como única solución a los recortes.
    El innombrable Dir. Gen. Que en su momento, 2008, decía que al Liceu no llegaba la crisis, pretendía dárselas de magnifico gestor y este otoño alardeaba de tener solucionado con el cierre del Teatro en septiembre el 60% del déficit de ingresos que se generaron por los recortes de las administraciones (luego vino la ultima puntilla de Mascarell). Ya sobreentendimos por enésima vez, que lo que no se alcanzase, ese otro 40%, nuevamente, seria achacado a los trabajadores (los inflexibles, que no admitíamos hacer ordinario el esfuerzo y flexibilidad pactado el verano anterior). Objetivamente a nuestro Convenio Colectivo, el marco laboral.
    Mientras nos vacilaba, con estos alardes otoñales, nuestro De Guindos particular ja tenia más que planeado el bombazo que pretendía lanzar desde el diario El Mundo para la siguiente estación. Ese invernal 13 de enero, nos dejo helados. 
 
    Este señor, es político, amigo de los políticos, servidor de la política y sabedor de los cocidos políticos. No es creíble; que no hiciese, como sí hicieron otros, al parecer más sensatos (seguro que no mejor informados) y previese la crisis, los recortes y las medidas a tomar o adoptables.
    Lo que sin duda sabemos, es que vino con proyectos y objetivos fijos(como aquellos que cubrían la Sr. Cullell y sus directivos, para incrementarse un 15% sus emolumentos, que desaprobados por alguien de la directiva le supuso su cese, por exceso de celo; reajustar sí, pero no hacer el primo, tampoco fue tan grave lo de Caminal..). Así se subió en dos ocasiones, desde aquel estío de 2008, sus honorarios. Política de continuidad que tanto les gusta a los técnocratas -chupoptero-gestores.
    Alguien lo admitió, lo aprobó y ningún representante de los trabajadores estuvo presente para tomar nota, es lamentable y debemos poner remedio a estos avatares en el futuro.
 
    Sus fijaciones han sido claras y evidentes: Vivir bien, eso por descontado, a los viajes, vuelos y visas nos remitimos ¿cuando nos permitirán demostrarlo?
    Solo ha comparecido ante los delegados y el Comité, cuando ha sido imprescindible o ineludible y siempre para delegar de forma reincidente e indecente en Tarragó (su ejecutor desde RRHH). Ha dejado de forma sistemática el trabajo sucio a los sicarios (famosa tradición a la colombiana), mareando y entretenido con engaños y malas artes.
    Mintiendo. En otoño ya vendían entradas para un evento, (13 Abril, concierto de Silvia Pérez Cruz), que coincidía en día y hora con una opera que estaría afectada por el ERE. Mintieron cuando dijeron que era un error (momentáneamente se dejaron de vender en servicaixa, pero el club de lectores de la vanguardia las continuo ofreciendo). Y callaron vergonzosamente, cuando se les volvió a preguntar recientemente.
    Ya sabían, que tendrían recorte de la conselleria, nueva excusa. La ocasión la pintan calva: ERE temporal en primavera y como anunciaba en el diario madrileño; ERE de extinción en septiembre próximo. Con el argumento del primero te encasqueto el segundo y aquí paz y después gloria. 
 
   Llego con la misión (quizás, encontró la hoja de ruta en la caja fuerte entre telarañas y polvo) de aniquilar el marco laboral. Desmenuzar el convenio colectivo. Tenia que mejorar orquesta y coro, flexibilizar y reducir escenario y fustigar la administración (por simple poderío, pues en los niveles superiores el nepotismo y favoritismos de pro están a la orden del día)

    No podía ser de otra manera, el dialogo, ya desde la primera intervención , en 2008, refiriéndose a la relación con los trabajadores, siempre ha sido una pose de cara a la prensa o para conformar a sus amigos los políticos. Puro cinismo.

    En el muy cívico concierto extraordinario, y gracias a sus trabajadores y trabajadoras, estarán todos los periodistas y políticos. ¡Que nervios ! ¿No, Sr. Director?A ver quien le desea mucha mierda, pues tiene un papelón de órdago. Debería tener presente la carta que se le registro, el pasado 5 de marzo, de más de 300 trabajadores demandándole su renuncia al cargo.
    ¿Que respeto y consideración va a tenerse con los trabajadores del Liceu que son el mayor benefactor, con un aporte de 1.496.000 €, de aquí a final de temporada?

   Llegados a este punto y porque las espurias intenciones del Sr. Marco las reconocemos por sus hechos, solo nos queda perseverar en la extinción de semejante alimaña, perjudicial para la institución y para todas las personas que hacemos y vivimos del Liceu.
  
   Que sus tentáculos como Führer de la fundación han procurado, primero evitar el concierto de los trabajadores, y posteriormente (y no pierden a día de hoy la esperanza) de apropiárselo y desnaturalizarlo, es tan cierto como que hay noche y día.
   También es cierto que a estas alturas nadie atiende a que pensara Her Director, la institución lo ha eclipsado. Sencillamente porque se ha mostrado más un lastre que un líder, porque esta cuestionado.
    ¿Necesitamos a J.F. Marco? No. Pero desde el comité de empresa se va un poquito más allá..¿Es necesaria la figura del Dir.General? No existe en todas partes, es más, en muchos lugares se prescinde. Hay otros modelos.
    Aquí habrá que coincidir con el atizador del incendio. Sí, Don Ferran Mascarell tiene razón, hay un problema de gobernanza. Pero coincidir en el diagnostico, seria ilusorio, no quiere decir que coincidamos en el remedio. La comisión Ejecutiva debe ser más estable, vinculada a un proyecto cultural y prescindir de los vaivenes electorales. Sí, pero también ha de ser transparente y democrática. Ha de contar no la representación, la presencia y la participación de la parte social de la Fundación (la representación legal y legitima de los trabajadores) 
 
   Los afectados/as y parte, de esta situación tan conflictiva que nos toca vivir en el liceo, que por otra parte, no deja de ser más de lo mismo que se vive en todo el país, debemos encararlo con la firmeza con que se deben encarar los recortes en todos los servicios públicos. La sanidad, la educción, la investigación, la cultura, la conciliación familiar...¿quien ha dicho que tienen que tener beneficios? No los deben tener. Nunca. Ese presupuesto lleva intrínseca la desnaturalización del propio hecho de gozar de un sistema de salud digno, de innovación en lo científico y cultural de mejora en la calidad de vida y convivencia, de libertad o independencia frente a la plutocracia galopante que nos injertan en el cerebro.

   En conciencia y con responsabilidad estemos presentes ante la opinión pública para mostrar y difundir el estado de las cosas. Manifestemos nuestro posicionamiento y compromiso. Hagamos lo que hagamos cuando lo estamos haciendo es por nosotros mismos.

Los grandes caminos se inician siempre con pasos pequeños.
No dejamos de andar, pues no hay otra forma de hacer camino.

domingo, 8 de abril de 2012

Günter Grass

Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha la fabricación de una bomba atómica.

Pero ¿por qué me prohíbo nombrar a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho, al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta; “antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país, alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir. ¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen, marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido y quiero seguir estándolo.

¿Por qué solo ahora lo digo, envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí y de las instalaciones nucleares iraníes.

Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente, y en definitiva también ayudarnos

Sin violencia no hay revolución


la ciudad ingobernable
De nuevo las movilizaciones de la jornada de huelga hacen que los medios convencionales monopolizados por intereses que nada tienen que ver con la información objetiva, se han hecho eco del único tema de interés para el gran público, según ellos, los disturbios ocasionados por la policia.


Vuelven la contrainformación y la miseria humana a hacerse voceros no ya de la importancia y contundencia de la huelga general, del importante rechazo de los trabajadores a los continuos tijeretazos a nuestros derechos, sino de hechos de relativa importancia y de sencilla y simple evocación de la rabia contenida.

Es cierto, sin recortes sociales, sin parados, sin desahucios, sin pobres durmiendo en la calle, sin hambrientos rebuscando en la basura, sin plantas de hospital cerradas, sin miseria, sin represión, sin injusticias. Sin toda esa violencia, no es necesaria la revolución.

Además ya se sabe, lo que la violencia genera.

jueves, 5 de abril de 2012

REVOLUCIÓ CONSTRUÏDA

Subratlla la raó qui no la té,
la pols ressona damunt l'estructura,
i mar i terra mostren la juntura
girada per la sang i pel diner.

El que exerceix el poder, no cal fer
embuts, s'omple el barret de confitura,
es torna defensor de la cultura
i en tot ans primeríssim que primer.

Estrofa,crida, deixa't d'ors i emblemes!
El pensament traspua aquests poemes
i obre les ales al vast horitzó.
 
Guanya amb els seus ocells tots els dilemes
i escampa la certesa que res no
ens cal sinó la Revolució.



Joan Brossa