No se puede negar que el tema de las religiones es un tema curioso sobre el que caben infinidad de reflexiones, sea un@ creyente de alguna de ellas o no.
El ser humano ha hecho uso de las religiones para encontrar sentido a su existencia y para dar trascendencia y explicación al mundo, el universo y todo lo imaginable. Se puede afirmar que, como hecho antropológico, engloba entre otros los siguientes elementos: tradiciones, culturas ancestrales, instituciones, escrituras, historia, mitología, fe y credos, experiencias místicas, ritos, liturgias, oraciones...
Etimológicamente, religión, viene del latín re-legere, o sea releer, ya que los mismos escritos se leen infinitas veces. Esta sencilla definición puede crear desasosiego pues leer siempre lo mismo, indica inmovilismo y ausencia de interés por llegar más lejos; de hecho, las dos grandes religiones monoteístas se basan en unos textos que fueron escritos hace siglos, en unos tiempos completamente distintos a los que vivimos ahora, en un contexto social radicalmente diferente, en unas condiciones de vida que nada tienen que ver con las de estos momentos, con unos avances científicos a años luz de aquella época. Quizás el releer siempre lo mismo pueda dar sensación de seguridad al saber lo que vendrá en la siguiente página, un poco como cuando los niños ven una y otra vez la misma película o se les cuenta infinitamente el mismo cuento. Pero eso está bien para reafirmar la seguridad de los niños, no la de los adultos.
En la antigüedad grecorromana, los filósofos ya intentaban explicar el origen de las creencias emitiendo la hipótesis de que los hombres inventaron a los dioses para explicar las maravillas y los misterios de la naturaleza: para explicar lo que no controlaban. Pensaban también que la religión (y el temor a los dioses) se había inventado para imponer a cada uno el respeto a la sociedad: disciplina, moral, sentido el bien y del mal.
A todo esto, cabe preguntarse algunas cuestiones: ¿hay un solo dios como predican las dos grandes religiones monoteístas actuales? ¿Se equivocaban en su culto a otros dioses los antiguos aztecas, mayas, incas, egipcios, griegos, romanos y tantas otras culturas ya desaparecidas? ¿Se equivocan los budistas, los indios del Orinoco, los aborígenes australianos, los indios americanos y tantos otros creyentes en otras divinidades?
Resulta complicado quitarles la razón a varios miles de millones de personas pero para que dios exista, no se pueden aceptar todas las otras deidades y si se aceptan, el concepto divino pierde mucho de su significado para convertirse realmente en una invención del hombre para intentar explicar lo inexplicable.
Por otro lado, si aceptamos que todos estaban equivocados y que dios existe y es uno solo, llámesele alá, dios o como se quiera, hay otras cuestiones curiosas: el cristianismo y por lo tanto dios, hace apenas 2000 años que existe, en cuanto a alá, apareció sobre el 622, o sea hace solo unos 1400 años. ¿Tanto a tardado el hombre en descubrir a un ser que todo lo crea y todo lo controla? ¿Dónde ha estado los últimos millones de años? ¿Qué hará cuando la tierra se destruya dentro de algunos millones (o menos) de años? ¿Se aburre?
Aparte de lo discutible que es todo lo relacionado con las religiones, es muy triste que se esté dispuesto a matar y a morir por algo tan dudoso.
Manolo Martínez septiembre 2008
martes, 16 de septiembre de 2008
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