Según una teoría de la psicología cognitiva conocida como “justificación del sistema”, los seres humanos tienden a defender los sistemas en los que están inmersos, aunque éstos sean corruptos o injustos. Una investigación realizada por psicólogos estadounidenses ha revelado que esta actitud se da principalmente bajo cuatro condiciones: cuando el sistema está amenazado, cuando se depende del sistema, cuando resulta imposible escapar al sistema o cuando los individuos pueden ejercer un escaso control personal. Los resultados de este estudio explicarían porqué las poblaciones, a menudo, no se alzan contra situaciones que dañan sus propios intereses.
¿Por qué los seres humanos tienden a mantenerse fieles a los sistemas o instituciones en los que están inmersos -ya sean éstos un gobierno, una empresa o un matrimonio- aunque no se sientan satisfechos con ellos? ¿Por qué las personas se resisten a cambiar los sistemas, aunque éstos sean corruptos e injustos?
Esta tendencia humana a proteger los sistemas ha sido descrita en el marco de la llamada “Teoría de justificación del sistema” de la psicología social. La SJT propone que la gente tiende a afanarse por defender y sostener su situación, esto es, por verla como buena, legítima y deseable, aunque no lo sea.
De esta forma, los seres humanos no sólo mantienen actitudes favorables hacia sí mismos (justificación del ego) y hacia su propio grupo social (justificación del grupo), sino que también lo hacen hacia órdenes sociales mayores (justificación del sistema).
La necesidad de creer
Aunque la gente no justifica sus sistemas sociales siempre, sí que hay una mayor propensión a hacerlo en ciertas circunstancias. Estas circunstancias son: la amenaza del sistema, la dependencia del sistema, la imposibilidad de escapar al sistema, y un escaso control personal.
Cuando los seres humanos se sienten amenazados, se defienden a sí mismos, y también a sus sistemas.
Dependencia e imposibilidad de escapar
Las personas también tienden a defender los sistemas si dependen de ellos.
Si sentimos que no podemos escapar de un sistema, nos adaptamo. Para hacerlo, desarrollamos sentimientos de aprobación hacia situaciones que, de otra manera, consideraríamos indeseables.
Control personal y sumisión
En cuanto al control personal, cuanto menos control tenga un individuo sobre su propia vida, más apoyará a su sistema y a sus líderes, porque éstos le aportarán un sentido de orden.
La investigación sobre la justificación del sistema podría explicar porqué las poblaciones a menudo no se alzan contra situaciones que dañan sus propios intereses.
Cuando la gente tiene que soportar un sistema y cuanto peor se encuentra dentro de éste, más propensa es a justificar hábilmente sus deficiencias, en lugar de rebelarse.
las personas menos informadas sobre temas sociales clave, como el cambio climático o la crisis económica, se sienten felices con esta actitud y serían además las más propicias a confiar en que los gobiernos pueden solucionar este tipo de problemas
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