¿330,56
€/mes condicionan la firma del nuevo convenio por parte de los
cuerpos artísticos ?
Un
convenio elaborado por algunos de
los representantes de esos colectivos en el comité de
empresa.
Una
propuesta de convenio que la
mayoría de miembros del comité, pertenecientes o no a esos
colectivos, vieron excesivamente flexible pero que evidentemente, no
censuraron ya que venía ratificado por las plantillas de dichos
colectivos. Por lo menos así
se hizo ver. Lo que nunca se contó, en el seno del Comité,
es que estuviera supeditado al cobro de los derechos audiovisuales.
El resto de los miembros del comité nunca tuvieron constancia de que
sin acuerdo de audiovisuales no firmarían el Convenio.
Hagamos
memoria: En la negociación del último convenio, la del año 2006,
el precio de estos derechos también ocasionó controversias a la
hora de firmar, por lo que los representantes pertenecientes a los
cuerpos artísticos decidieron sacarlo fuera de convenio y pactaron
negociarlo como un contrato mercantil. Mientras tanto, los otros dos
colectivos, aceptaron una reducción
sustancial del importe que se percibía, con tal de mantenerlo en
convenio en aras de procurar una cierta garantía de perdurabilidad.
Como
todo contrato, el de audiovisuales, expiró hace ya un año y las
partes no han conseguido ponerse de acuerdo en todo este tiempo.
Finalmente a través incluso de una carta enviada a la empresa por la
asesora legal, particularmente encargada de velar por este derecho,
se chantajeo con boicotear el convenio poniendo en jaque al resto de
las plantillas; o se pagan los 330.56 € con carácter retroactivo o
no se firma el convenio.
Previamente
a todo esto, se había acordado en el seno del comité que si después
de pasar por las diferentes asambleas uno de los colectivos votaba en
contra, los demás se solidarizarían y no firmarían. Lo que el
comité no sabía, a pesar de la insistencia y reiteración en
mantenerse siempre al margen los derechos de audiovisuales, era que
la presentación de la plataforma y posterior firma estaba supeditada
a agentes externos a las relaciones laborales entre empresa y
trabajadores recogidas en el propio convenio.
De
ahí el resultado de la votación para aprobar el convenio, el resto
del comité no aceptó el chantaje que comportaba, el engaño
deliberado de quienes habían estado jugando a dos manos, y se voto en
base a lo que los trabajadores del resto de colectivos acordaron
prácticamente por unanimidad.
Parece
que las cuentas de la empresa hacen aguas por todas partes debido a
la mala gestión, a la falta de ingresos por parte de las
instituciones públicas; de ahí el ERE de septiembre y el probable
de julio. Si en esta tesitura no se quiere entender la reacia actitud
de la empresa a la hora de aceptar pagar 600.000 € anuales por ese
concepto, se puede caer en el error de pensar que los EREs sirven
para pagar un sobresueldo a una parte de los trabajadores de esta
casa.
Quede
claro, que desde el Comité de Empresa; tras el engaño orquestado por los
que tan a la baja negociaron sus condiciones de trabajo y conscientes
de que pagarían justos por pecadores, se solicitó a la empresa que
al convenio negociado se incorporase un plazo, hasta mediados de
octubre, para mejorar en la medida de lo posible lo que se había
firmado en los preacuerdos que se incorporarán al mismo. A día de
hoy todo han sido escusas para no reunirse, el tiempo corre y si
realmente ha de haber interlocutores nuevos ya se tarda en hacer los
relevos. Quede claro también que si el comité firma un convenio que
afecta a los cuerpos artísticos sin la aprobación de estos, es para
evitar su total desregulación y las derivaciones que eso
conllevaría.
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