Existen
quienes piensan que llamar a las cosas por su nombre es una
dificultad para dialogar, negociar o sencillamente entenderse.
Podría
ser perfectamente todo lo contrario, pues; Así nos va, o nos a ido.
Engaños
y camelos, todo en confianza mutua, como métodos infringidos por la
empresa.
Las
asambleas de nuestra sección sindical son cada día más proclives a
cambiar esas dinámicas del miedo, la retención y continencia
ideológica.
Hay
una sana tendencia a pedir explicaciones, reclamar transparencia, y
abogar por la mayor participación.
Lógicas
pretensiones de la afiliación, en un sindicato anarcosindicalista,
que tiene claras las lineas - como concertinas - que representan por
definición los comités de empresa, que los Pactos de la Moncloa
impusieron.
CGT
hereda, de CNT, la
lucha contra ese modelo, y en
nuestros
acuerdos congresuales así se viene plasmando.
Habrá
que revisar en donde estamos y quienes somos, y salir de esta
confusión sindical que implican las formulas dialécticas impuestas por la
patronal. Las que proponen reiteradament y ordinariamente hemos venido engullendo.
La
precariedad, la discriminación y el fraude de ley son conceptos,
que ocultarlos, disimularlos o maquillados,
nos hacen un flaco favor.
No
asumir como irrenunciable,
la propuesta del mismo Comité de Empresa - como no puede ser de otra manera - de erradicar la precariedad
y
por ende, exigir la inmediata solución a las 4 fijas discontinuas. Solución que pasa por hacerles la contratación que pertoca, fijas indefinidas
a tiempo completo.
No asumirlo es
vergonzoso e inaceptable.
La
solución la tiene la empresa y si pretenden llegar a la judicatura - dilatar en el tiempo lo que no tiene remedio -, tan solo es una manifestación más de la vileza, en la gestión
humana de sus recursos, que hace el Liceu.
Contratar
adecuadamente. Así de simple.
Hemos
acordado: ¡¡BASTA !!
Salud,
solidaridad y un poquito más de dignidad para caminar y resolver con acierto.