miércoles, 2 de octubre de 2013

330,56 €/mes


¿330,56 €/mes condicionan la firma del nuevo convenio por parte de los cuerpos artísticos ?
Un convenio elaborado por algunos de los representantes de esos colectivos en el comité de empresa.
Una propuesta de convenio que la mayoría de miembros del comité, pertenecientes o no a esos colectivos, vieron excesivamente flexible pero que evidentemente, no censuraron ya que venía ratificado por las plantillas de dichos colectivos. Por lo menos así se hizo ver. Lo que nunca se contó, en el seno del Comité, es que estuviera supeditado al cobro de los derechos audiovisuales. El resto de los miembros del comité nunca tuvieron constancia de que sin acuerdo de audiovisuales no firmarían el Convenio.
Hagamos memoria: En la negociación del último convenio, la del año 2006, el precio de estos derechos también ocasionó controversias a la hora de firmar, por lo que los representantes pertenecientes a los cuerpos artísticos decidieron sacarlo fuera de convenio y pactaron negociarlo como un contrato mercantil. Mientras tanto, los otros dos colectivos, aceptaron una reducción sustancial del importe que se percibía, con tal de mantenerlo en convenio en aras de procurar una cierta garantía de perdurabilidad.
Como todo contrato, el de audiovisuales, expiró hace ya un año y las partes no han conseguido ponerse de acuerdo en todo este tiempo. Finalmente a través incluso de una carta enviada a la empresa por la asesora legal, particularmente encargada de velar por este derecho, se chantajeo con boicotear el convenio poniendo en jaque al resto de las plantillas; o se pagan los 330.56 € con carácter retroactivo o no se firma el convenio.
Previamente a todo esto, se había acordado en el seno del comité que si después de pasar por las diferentes asambleas uno de los colectivos votaba en contra, los demás se solidarizarían y no firmarían. Lo que el comité no sabía, a pesar de la insistencia y reiteración en mantenerse siempre al margen los derechos de audiovisuales, era que la presentación de la plataforma y posterior firma estaba supeditada a agentes externos a las relaciones laborales entre empresa y trabajadores recogidas en el propio convenio.
De ahí el resultado de la votación para aprobar el convenio, el resto del comité no aceptó el chantaje que comportaba, el engaño deliberado de quienes habían estado jugando a dos manos, y se voto en base a lo que los trabajadores del resto de colectivos acordaron prácticamente por unanimidad.
Parece que las cuentas de la empresa hacen aguas por todas partes debido a la mala gestión, a la falta de ingresos por parte de las instituciones públicas; de ahí el ERE de septiembre y el probable de julio. Si en esta tesitura no se quiere entender la reacia actitud de la empresa a la hora de aceptar pagar 600.000 € anuales por ese concepto, se puede caer en el error de pensar que los EREs sirven para pagar un sobresueldo a una parte de los trabajadores de esta casa.
Quede claro, que desde el Comité de Empresa; tras el engaño orquestado por los que tan a la baja negociaron sus condiciones de trabajo y conscientes de que pagarían justos por pecadores, se solicitó a la empresa que al convenio negociado se incorporase un plazo, hasta mediados de octubre, para mejorar en la medida de lo posible lo que se había firmado en los preacuerdos que se incorporarán al mismo. A día de hoy todo han sido escusas para no reunirse, el tiempo corre y si realmente ha de haber interlocutores nuevos ya se tarda en hacer los relevos. Quede claro también que si el comité firma un convenio que afecta a los cuerpos artísticos sin la aprobación de estos, es para evitar su total desregulación y las derivaciones que eso conllevaría.

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