viernes, 16 de enero de 2009

Palestina duele

Las manifestaciones hace tiempo que están muy bien organizadas (que bueno es el sistema), parecen un evento folclórico donde se ven diferentes tribus urbanas de un determinado aire dependiendo del motivo que incita a la marcha. A veces se juntan tribus, en teoría, antagónicas como por ejemplo en ocasión de la manifestación para parar la masacre en Palestina; se podían ver okupas y gente de las jerc (el apoyo en el ayuntamiento de erc para acabar con muchas casas ocupadas es notorio), se veían grupos anti sistema y a algunos políticos representantes de ese sistema, había también grupos de gente progresista más o menos mezclados con grupos de conservadores musulmanes y sus mujeres (naturalmente detrás de ellos no mezcladas como es tradición). Es cierto que la causa era común pero a cada uno lo movían seguramente motivos muy diferentes, quizás irreconciliables.
Cuesta aceptar que la mayoría de asistentes darán un día su apoyo a uno u otro partido y que esos partidos criticaran más o menos la próxima masacre del pueblo palestino pero, en el fondo, serán cómplices. Serán cómplices de perpetuar un sistema que se basa exclusivamente en el dinero, en un sistema que, para mantenerse, necesita de estas guerras, seguirán vendiendo armas a Israel sin criticar abiertamente con los adjetivos que merecen las acciones genocidas, ni mucho menos impondrán sanciones a un gobierno asesino pero “amigo” con el que interesa mantener relaciones diplomáticas para engordar las arcas de ciertos empresarios.
Que extraños compañeros de cama que se hacen en política; de hecho, todos estos muertos interesan a ambos bandos. Por un lado, Hamás lanza misiles de dudosa capacidad a la nada, pues tras lanzar algunos centenares de ellos apenas han conseguido algunos desperfectos, algún herido y, eso si, cuatro muertos israelís. Esto da alas a Israel para atacar a sangre y fuego un territorio que ya controlan y machacan a diario desde hace mucho; de ese modo, conseguirán votos en las próximas elecciones, dinero y armas de EEUU y el beneplácito de occidente para seguir socavando en los legítimos pobladores del territorio. Hamás a cambio de unos cientos de mártires (muchos, muchísimos niños), conseguirá más acólitos y más terroristas suicidas para su campaña religiosa. ¿tiene otra opción quien vive en la miseria, en la incultura y que ve morir a sus hijos, mujeres, amigos sin que nadie haga realmente nada por evitarlo? Y puestos a preguntar ¿es posible que un país con uno de los ejércitos y uno de los servicios de inteligencia más potentes del mundo no consigan detectar y destruir unas miserables lanzaderas de misiles? Es evidente el interés en no hacerlo.
Esta bien manifestarse pero aparte de satisfacer nuestro ego por “haber cumplido” con nuestra parte, ¿sirve realmente para algo más?, las protestas a este nivel están muy bien controladas, el poder sabe que no solo el futbol libera pasiones.
¿Qué podemos hacer?, difícil cuestión, desde luego no apoyar con nuestros votos a los futuros colaboradores de genocidio de esta mal llamada democracia dirigida y controlada por el capital de unos cuantos multimillonarios que se ríen de nosotros y a nuestra costa. No basta con salir a la calle y desahogar nuestra rabia, hemos de ser consecuentes y no colaborar con los que apoyan a los genocidas con su silencio o su indolencia, debemos cambiar el mundo y si para eso hay que destrozar sus cimientos, adelante…

Manolo Martínez Barcelona enero de 2009

1 comentario:

Anónimo dijo...

Al final a los cohetes los llamamos misiles, incultura a la ignorancia. etc..
Resistir para deniunciar unos y atacar para machacar y eliminar os otros.
MASACRAR para ganar votos, que en Israel valen (ESTA VEZ LOS PARTIDOS ARABES DE ISRAEL NO PODRAN).
MASACRAR porque los votos de los palestinos no les valen.Esto ya lo vivimos con ARGELIA