lunes, 2 de agosto de 2010

Yo acuso

A los miembros del comité de empresa se nos acusa de ineficientes e incapaces, cuando no de vendidos o interesados. Se nos exige que sepamos, que digamos, que defendamos, que corramos, que vayamos, que exijamos, como si nosotros gestionáramos el teatro.
Algunos creen que cuando un trabajador sale elegido como miembro del comité se convierte automáticamente en un vademécum andante. Te preguntan por los pasillos ¿Qué dice el convenio sobre esto o sobre aquello? ¿Tengo derecho a esto o a aquello? ¿Qué vais a hacer con respecto a esto otro?
Algunos tenemos la paciencia de consultar por enésima vez el convenio para intentar dar una respuesta que, además, si no se adapta a la postura que quiere tomar el implicado, a veces se molesta porque el convenio está mal hecho, sin preguntarse ni quien lo ha firmado ni lo que cuesta llegar a acuerdos, sin pararse a pensar que no somos profesionales, que somos simples trabajadores que dedican mucho de su tiempo para intentar defender y conseguir derechos.
Yo también acuso. Acuso a todos aquellos que piensan que sus obligaciones acaban cuando han votado a la lista que considera más cercana a sus intereses o simpatías y luego se olvida de participar, de colaborar, de criticar abiertamente exponiendo puntos de vista y aportaciones. A aquellos que solo son capaces de hacer crítica negativa, casi siempre envuelta en insultos y nunca a la cara, cobardes.
Acuso a quienes delante de los problemas no tratan de resolverlos sino que los trasladan al comité porque según ellos, este tiene la obligación de solventar hasta el más mínimo grano que les pueda haber salido.
Acuso a quienes no tienen conciencia social y solo saben mirarse el ombligo. A quienes les da igual todo lo que pase a su alrededor mientras a ellos no les afecte. Hablo de quienes desconocen que dentro de sus colectivos hay diferentes sensibilidades, que dentro del teatro hay diferentes colectivos y fuera del teatro hay todo un mundo que también nos afecta para lo bueno y para lo malo.
Acuso a quienes habiendo pasado por la experiencia de pertenecer a algún comité, han sido incapaces de aprender las dificultades con las que este se encuentra continuamente y no solo no hacen pedagogía sino que castigan sin piedad a quienes les relevan.
Acuso por último a los privilegiados, esas personas que por un motivo u otro están aquí generalmente ocupando cargos que no saben gestionar y cobrando sueldos que están por encima de sus capacidades. Esos sueldos y sus incompetencias, también los pagamos nosotros.
Yo los acuso, los acuso de insolidarios y de mezquindad
Manolo Martínez

1 comentario:

Unknown dijo...

Perfectamente explicado, no se puede tener tanta razon y tenerlo tan claro.
A ver si nos lo aplicamos, cada dia leerlo por prescripcion sindicativa.
Violeta AREC