miércoles, 12 de mayo de 2010

Pesadillas de pelotas (diván del doctor Kato)

Verá doctor, esta noche he tenido una pesadilla muy rara: había un niño que creyó ver una pelota en el patio y quiso hacerla suya. Fue tal el empeño que puso en ello que consiguió que algún amiguito suyo viera también la pelota y se sumase a él.
Los demás niños no entendían nada pero, para no discutir y poder jugar todos juntos le siguieron la corriente. Poco a poco Pedrito, así se llamaba el niño, y sus más estrechos amigos, fueron creyéndose más amos de la pelota y empezaron a poner condiciones a los demás: si no estás conmigo estás contra mi, si no juegas como yo digo me quedo la pelota, si no aceptas mis condiciones irás a la señorita, en fin, golpe de tuerca tras golpe de tuerca acabó agotando a los niños que nunca habían visto la pelota y acabaron diciéndoselo,
-Mira Pedrito, aquí no hay ni ha habido pelota. Hemos jugado contigo porque tenemos que jugar pero todo tiene un límite y al final se hace demasiado aburrido jugar solo cuando vosotros queréis y con vuestras reglas a si que entérate ya, no hay pelota. Si quieres, te compras una y os vais a jugar por ahí. -A si, pues a la seño vais, además, se lo diré a mis primos y ya podéis ateneros a las consecuencias.
El caso es que Pedrito y sus amigos cogieron una rabieta de no te menees. La pataleta fue de órdago, tanto que me desperté.
No se como interpretar el sueño, para eso están los profesionales pero, creo que en la vida real hay más de un Pedrito emperrado en obligar a los demás a jugar con una pelota que en muchos casos no existe y con unas reglas absurdas adquiridas a base de creerse unas películas montadas sobre irrealidades, preconceptos y un ego superlativo.
Estimado paciente, supongo que con el tiempo los Pedritos, irán entendiendo las cosas porque, de otro modo, creo que se llevarán muchos disgustos y vivirán siempre en el rencor, la sospecha y la ignominia, una vida un tanto miserable vamos.

No hay comentarios: