lunes, 24 de mayo de 2010

Un ensayo críptico

Dramas y caballeros, poco a poco vamos llegando a la encrucijada. En un tiempo no muy lejano, lo cual es algo muy relativo, ya sabes, la sensación espacio tiempo no es la misma para todos, de hecho, a veces piensas que vas muy deprisa pero, en realidad, es solo el tiempo que se está parando. Bueno, pues en ese tiempo, se empezará a descubrir si Casandra tiene razón y no nos la hemos creído, errando por lo tanto, o si por una vez, no acertó en su predicción e hicimos bien en no creerla.
Con una fe inconmensurable por nuestra parte, sería de agradecer que sus vaticinios a la hora de hacer un proyecto a medio plazo donde primaría la profesionalización y la calidad, fueran ciertos. El problema es que, después de tantos años viendo lo que hemos visto y oyendo lo que hemos oído, tenemos puesta una coraza de desconfianza que nos dificulta mucho tener fe.
Hay serias dificultades en la interlocución ya que, a veces, nuestros puntos de vista convergen pero, en otros, son muy divergentes lo que convierte el diálogo en un galimatías. Hablamos dos idiomas diferentes, el de la patronal y el de los trabajadores. Disentimos pues en muchos puntos pero, disentir es uno de dos de los derechos que le faltan a la declaración de los derechos humanos, el otro, hablando de fe, es el de la herejía. Me declaro hereje.
No podemos ni debemos obviar lo que está pasando a nuestro alrededor pero no por ello hemos de dejarnos intimidar y menos aún por gente con una memoria selectiva como el brillante conceller de economía que proclama medidas prepotentes amparándose en una crisis en la que ha colaborado por activa o por pasiva. Estas medidas pasan no solo por rebajar un 5% del salario a sus empleados funcionarios si no también por obligar a aplicar esa rebaja a las empresas que tienen un concierto económico con la generalitat. Por un lado, este señor recorta las ayudas a esas empresas y les impone criterios a seguir como si fuera el mismísimo patrón. Por otro lado se olvida de que el año pasado, los funcionarios tuvieron un aumento salarial de 3,8 % mientras que otras empresas sobre las que quiere imponer sus medidas hace años no hacen más que perder poder adquisitivo, es decir que año tras año se les está recortando el sueldo de manera sucinta pero efectiva.
Evidentemente estas reflexiones quedan lejos de ser un enfrentamiento para con los funcionarios, todo el apoyo para con ellos y todo el desprecio para con quienes han hinchado al funcionariado de cargos altos e intermedios que ganan sueldos que no merecen y hacen “trabajos” cuanto menos dudosos pero que tienen el honor de ser parientes o amigos del político de turno. Algo que también imponen a esas empresas concertadas en las que ahora se pretende sancionar a sus trabajadores.
Estos ultra liberales de “izquierdas”, denostan el precepto izquierdista de exigir a cada uno según su capacidad y que reciba según su necesidad para abrazar el credo capitalista de exigir a cada cual según su credulidad y que cada cual reciba según su codicia.
No me importa recibir una bofetada de vez en cuando, pero la virtud cristiana de ofrecerle al agresor la otra mejilla es virtud que no cultivo. Saramago dixit y yo secundo.
Manolo Martínez

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