domingo, 21 de julio de 2013

CERTEZAS Y FALSEDADES

Tras el aterrizaje de Joaquim Molins, el pasado marzo, los últimos meses han generado un intenso trabajo para el Comité de Empresa y las secciones sindicales. Algunos miembros de este órgano representativo y legítimamente elegido han continuado al margen del mismo, atentos a sus intereses, por encima y a pesar del interés general, incluido el de sus propios colectivos.
Aquí hay que observar y poner en valor a los compañeros de UGT en el coro y el delegado independiente desde la orquesta; que han mantenido una trayectoria coherente y realista, nadando contracorriente ante el discurso demagógico  implantado, en sus respectivos colectivos, con el concurso de los delegados de personal electos por CCOO y el SICAP.
Sí, el proyecto Pons, al margen de las limitaciones económicas del momento, ha de ser un estímulo para los colectivos artísticos; debe encontrar el marco y medios de desarrollo desde la representatividad y legitimidad del Comité de Empresa. No valen los tapados o falsas promesas que solo debilitan,  actualmente,  la confianza en el mismo proyecto.

El convenio colectivo que parecía imposible dirimir debido a las pretensiones abusivas por parte de la empresa, está siendo finalmente reconducido y llevado a términos de sensatez por ambas partes. No se puede decir que se hayan conseguido grandes mejoras, pero tampoco sería justo decir que se han perdido todos los derechos. Por otra parte, si bien es cierto que resulta imposible mejorar las condiciones económicas, principalmente por los imperativos legales, también es cierto que, presumiblemente, no se reducirá ni un céntimo, tal y como se temía en un principio.
La dolorosa cuestión del ERE de 50 días se ha minimizado lo máximo posible ya que, también por orden ministerial, se prohíbe complementar las cantidades que aporta la seguridad social, haciendo imposible perder menos sueldo del que finalmente se perderá.
La demanda, ya desde el fallido ERE de 2012, de participación y transparencia de los órganos de dirección, se ha visto finalmente recogida en un compromiso formal y vinculante ante la administración. No han aceptado la participación directa, pero se consigue crear una comisión, cuyo funcionamiento y composición se establecerá en el Convenio Colectivo,  que ofrecerá la oportunidad de Informar, consultar y deliberar; reconociendo como una sus funciones la emisión de informes, por la parte social, que aunque no vinculantes, permitirán conocer e influir en ciertas decisiones de la gestión de la empresa y posibilitará  hacer propuestas correctoras. Los tres pilares de intervención, a nuestro entender, serán programación, comercialización y financiación
Lo más inmediato del susodicho organismo será tratar de evitar los 26 días de ERE del próximo mes de Julio, materializar el firme compromiso de devolver los flecos que se nos deben, y la aplicación de medidas para evitar el ERE del año pasado. Se adelantará la media paga de diciembre al 30 de septiembre para conseguir subsistir el mes de octubre del que solo cobraríamos los cinco días trabajados en septiembre (quien no quiera que se le aplique esta medida solo tiene que notificarlo a RRHH).
La otra opción era la de no negociar, pero el comité entendió que así no se conseguiría frenar, ni minimizar,  un ERE que afecta a dos meses sin actividad programada en el teatro. A no ser que los trabajadores estén dispuestos a hacer movilizaciones y una huelga indefinida. Pero da la impresión de que esa opción no goza de muchos adeptos entre la plantilla.
Habría que destacar las innumerables horas empleadas en todas estas negociaciones por parte de algunos miembros del comité de empresa, pero no de todos…Hay, especialmente, un personaje elegido democráticamente por los trabajadores pertenecientes a la mesa electoral de administración, coro y orquesta que lejos de trabajar conjuntamente con el resto del comité, se ha dedicado a difamar, menospreciar e insultar a este órgano de representación: Enturbiando y enmarañando las circunstancias e intereses de sus propios compañeros de forma torticera, jugando con el ilusionante proyecto del Mestre Pons, los acuerdos del propio Convenio  Colectivo (cuando no tuvo más remedio y tras intentar, a todas luces,  segregar a media plantilla. Más allá de la torticeria, pura ceguera) y los contratos ultra convenio de audiovisuales.
Desde su llegada al comité y especialmente en el último año, Bernardo Verde ha sido un personajillo que ha mirado por sus intereses y el de “sus amigos“olvidando por completo para qué y por quien había sido elegido representante. Sus ínfulas artistoides y sus mentiras reiteradas, crearon una imagen absolutamente distorsionada del comité de empresa hasta el punto de erigirse como caudillo de un futuro comité artístico que no tuviera que rendir cuentas al resto del personal de la casa. Para ello dijo públicamente que el comité pretendía fiscalizar y reprobar las decisiones que pudieran tomar los colectivos artísticos, que se sentía amenazado físicamente por el colectivo de escenario, que el asesor legal no daba respuesta a sus peticiones y otras lindezas que tristemente han sido creídas por muchos de los miembros de coro y orquesta.

En el último año, prácticamente no ha sido visto en las reuniones que ha convocado el comité de empresa y, si lo ha hecho, ha sido llegando tarde y marchándose antes de su conclusión. Hay que decir que tenía fieles escuderos en su candidatura y sus aliadas del SICAP con los cuales ahora parece que no coincide en algunas opiniones y este personaje es de los que “o estás conmigo o estás contra mí”. De hecho, en las reuniones de negociación del ERE,  apareció esporádicamente y  desapareció estratégicamente con la excusa de que él no aceptaba ni firmaba un ERE.

Pues sí, finalmente ha sido el único que, diciendo no a todo,  ha aceptado el ERE “a pelo” pues ni ha firmado el pacto con la empresa ni ha hecho ninguna propuesta para tratar de salvar la situación lo que lo sitúa en una tesitura de difícil aceptación aunque su ego no le permita verlo.
Se ha creado además una perniciosa coyuntura al pretender ligar un contrato mercantil fuera de convenio; el de los derechos audiovisuales que en ningún momento se ha explicado ni realizado propuesta alguna al comité de empresa, con la firma del convenio colectivo. Hecho poco menos que ilegal o ajeno a la norma  que representa el propio Convenio Colectivo para las plantillas.   Ahora resulta que se dice que la plataforma de convenio hecha por coro y orquesta estaba ligada al resultado de unas negociaciones realizadas por personas ajenas a la legítima representación de los trabajadores. Y como no, de esto se ha enterado el comité no a través del personajillo sino a través de la empresa.
La mezquindad de algunas personas parece no tener límite.  Nadie mejor que sus propios compañeros podrán valorar las intenciones, motivaciones e intereses de semejante elemento.

Delegados de la CGT del Comité de Empresa de la FGTL

No hay comentarios: