No hay crédito para la ceguera colectiva y menos para los que no quieren ver.
El plan estratégico maquinado desde el poder está muy claro. Su dogma
también. No es posible desconocerlo porque diariamente aparece en todos los
medios de comunicación y en las bocas de todos. No se puede ignorar. Otra cosa
es no tener un sentido crítico y aceptar con resignación lo que dichos medios
nos dicen que es. Vosotros sois los culpables del desastre y tendréis que
pagarlo durante mucho tiempo. La eternidad.
La mayoría tenemos hijos. ¿Es este el legado que queremos
dejarles? ¿Es este el concepto que queremos que tengan de nosotros y lo que les
queremos enseñar, que bajen los brazos?
Cada cual con su conciencia.
Ahora bien, para los que aún no sepan quienes son los reyes
magos o el ratoncito Pérez, tenemos una
mala noticia, aunque nos tapemos los ojos, como los niños pequeños cuando
juegan, no somos invisibles.
Aunque intentemos pasar desapercibidos
para que no se nos note, se nos ve y se nos nota a la hora de pagarnos los
sueldos. Les molestamos.
¿Cuántos tienen que caer para que reaccionemos? ¿O no reaccionaremos
nunca porque pensamos que es el destino
quien gobierna nuestras vidas?
Es hora de madurar. Es hora de luchar por nosotros, por
vosotros, por ellos.
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