¡QUEREMOS
NUESTRO SALARIO!
¿Bondad sin
limite frente al cinismo rancio de la empresa?
¿Confianza en
que?
El precepto de
cumplir los acuerdos y compromisos es la piedra angular en la,
latente, situación actual de conflicto colectivo que se vive en el
Liceu.
La inestable paz
social, tan anhelada por todos, pende de un hilo demasiado fino y por
la experiencia acumulada muy inconsistente.
La credibilidad en
los gestores es nula o cuando menos más que cuestionable.
Aún así,
coincidimos y convenimos negociación tras negociación que; el
necesario cumplimiento de los acuerdos – aquí le tomamos la
palabra al Dir. General – es lo que ha permitido hasta ahora y a
pesar de los esfuerzos y sacrificios hechos por la plantilla,
mantener la tan frágil paz. Y en ello se está.
No nos sorprende
ahora, ni nos sorprendió antes, el perfil privatizador con el falso
formato de optimización y eficiencia. Falso, sí.
La eficacia la ponen
las diferentes personas que mantiene la actividad, no quienes vienen
a especular con ella.
Son eficientes en el
asalto a la caja de todos, nuestros directivos un eslabón más, los
políticos que desde las instituciones públicas y con el dinero de
todos los contribuyentes (el de las SICAV no, claro) hacen y deshacen
en su propio interés y lucro.
No fue novedoso que
los afines a la Conselleria llegasen despidiendo, o exigiendo los
despidos antes de aterrizar (otra hipócrita falsedad), envueltos en el
manto de proyecto artístico de país.
Como es de país,
para Mascarell y la Piferrer, dilapidar la gestión publica del
patrimonio en manos de intereses privados. Aquí mucho sabe y podría
decir el nuevo presidente del Consejo de Mecenazgo, el monumental,
Salvador Alemany i Mas (Cercle d'Economia y ara ABERTIS del IBEX-35).
Ya han echado a uno de los carcamales del PATRONATO.
¿Marca Liceu pagada
por todos y mantenida con nuestro trabajo para que el tío del vecino
de la hija de.....venda sus calzoncillos o helados de turno con
glamour? ¿Para que afortunados oportunistas, de senyera i
barretina, hagan su particular Orquesta Sinfónica?....y costearla mediante el, deliberado, desmantelamiento de la Orquesta del Liceu, que
debería estructurarse para hacer ópera principalmente. Pues, que
pongan a alguien que le piense en la institución, el Liceu y hacer
ópera.
Lo más triste es
que la soberanía cultural y el orgullo por sus instituciones, y el
Liceu es una de ellas, se miden por beneficios y dividendos, no ya de
las fundaciones que las gestionan - que no seria posible por
definición-, sino de los amigos que estos gestores colocan en las
labores que se realizaban por los despedidos, los que por cierto;
los bancos e incluso nosotros mismos financiamos en su amortización.
El expolio de lo
público significa que:
-
Estamos gestionados por bucaneros o meros corsarios de los neoliberales de turno, instalados en las instituciones públicas, de la cultura, gracias a los diferentes partidos políticos que nos mal gobiernan. Con patente de rendimiento y beneficio -privado y/o empresarial – , pero con capital público. Todo ello sin necesidad de rendir cuentas, dar explicaciones o implicar ningún tipo de transparencia obligada.
-
No sabemos lo que gana Guasch y sus amigos, que las empresas amigas que no licitan son un gasto bueno y los salarios son un gasto malo.
-
Reformar la fachada, que aún nadie aclara de quien es propiedad o en que porcentaje, prima ante el derecho al salario de la plantilla.
-
La imagen institucional gasta mucho para hacer el ridículo la mayoría de las ocasiones. Mucho ruido, pocas nueces y podridas
-
Se enchufa gente para acallar voces.
-
La imagen corporativa es francamente mediocre. Se ha devaluado aparatosamente y el responsable es la mano derecha del Dir. General. Utilizan los medios y no reparan en gastos para auto adularse. Vergonzoso.
-
Tenemos que oír, de un optimizador de la calaña del que nos ha tocado, que los salarios de los trabajadores es tirar el dinero.
Les molestamos; el
de goteo de despidos es una estafa y un fraude en lo laboral, lo
social y lo ético. Pero solo invirtiendo estas tendencias
defenderemos nuestros puestos de trabajo y sus condiciones.
La precarización
de nuestro trabajo implica la mediocridad de la actividad y perdida
de calidad. Luego vendrán lamentándose, con lagrimas de cocodrilo,
y alguien repondrá el juguete roto y exprimido que habrán dejado
tras el saqueo. Así los tontos útiles de la política que les toque
el turno, en formato socialdemocrata o espardanyeta-mix, les
recapitalizaran, eso sí respetando la propiedad y prebendas que sean
menester. Un déjà vu en la
reciente historia del Liceu.
Por
el contrario, la procura de calidad, transparencia y control público
en todos los sentidos es la mejor herramienta que tenemos en nuestras
manos para luchar en defensa de las condiciones laborales y
personales a que tenemos derecho.
Sin
prisa, pero sin
pausa.
Con
la firmeza de
la ley, el derecho y la razón
que nos asiste:
Estamos obligados a luchar para tumbarlos, como única manera posible
de permanecer nosotros en pie.
El
sempiterno; ellos o nosotros.
¡¡¡Ni
un paso atrás!!!
BANDA
DEL FORILLO ARMADO
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