jueves, 17 de abril de 2014

Sobre coacciones y excusas


Antes de nada quede claro que la definición de coacción es “Violencia física, psíquica o moral para obligar a una persona a decir o hacer algo contra su voluntad” ¿Alguien dijo o hizo algo en contra de su voluntad? No, y si así fuera, debería denunciar el hecho ante las autoridades pertinentes de la misma manera que, el comité de empresa denunciará al director general y a su mano derecha por coacciones. El primero por ir por los camerinos de los cuerpos artísticos a “agradecer” que no secundaran el paro y al segundo por ir preguntando a algunos trabajadores bajo su mando si hicieron paro o si se manifestaron delante del teatro. Ellos sí tienen la capacidad de coartar pues tienen el poder de decidir sobre la vida laboral en el teatro.


Por tanto, no ejerce coacción quien quiere sino quien puede. El cartel que colgó el comité de empresa, entre otros carteles, que decía exactamente: “Pensa que si no fas vaga estàs assenyalant als que la fan. Li estàs dien a l’empresa, que sense els que son fora, el teló també es pot pujar. Desprès, hauràs de tornar a treballar amb els que has assenyalat” no es coercitivo sino un evidente axioma.

Si al final la convocatoria no hubiera tenido éxito y el telón hubiera podido subir, si tú lo hubieras subido, indudablemente estarías señalando a los de afuera y diciéndole a la empresa que no se preocupe, que sin ellos la función no se resiente, que se puede prescindir de esos trabajadores. Guste o no, esta lectura es perfectamente plausible por parte de la empresa. Después, volverás a trabajar con esos mismos que has señalado y de los que, probablemente, la empresa tomará nota.

Afortunadamente, gracias al esfuerzo y valentía de la mayoría, el telón no subió por lo que difícilmente podrán ser reprimidos los que secundaron el paro o los que estuvieron en la calle gritando consignas y dando la cara.

En cuanto a las excusas, en el mismo cartel se respondían pero, se puede abundar en que el paro no se votó porque se fraguó en las asambleas abiertas a todos los trabajadores de la casa que se vienen realizando en los últimos meses y que más tarde, en reunión de comité de empresa, se ratificó. En esas mismas asambleas se valoró el hecho de hacer también media hora por la mañana pero se desestimó porque no habría servido para nada más que para callar bocas y las movilizaciones no se hacen para eso. Hay motivos de mucho más peso. Tampoco se hizo de 24 horas “con un par de cojones” porque la idea era hacer presión en medio de unas negociaciones, no romperlas. Además, con los cojones no se hacen paros. Estos sirven para otras cosas que algunos quizás han olvidado. De la misma manera que han olvidado que también habían ovarios movilizándose. Los paros se convocan y se secundan con inteligencia no con atributos difícilmente perceptibles en algunos casos.

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