sobre jefes

Este escrito es para poner en conocimiento de todos el mal comportamiento de algunos jefes en los diferentes colectivos de escenario.
Es sabido y notorio entre los compañeros de escenario el hecho de que quizás les haría falta algún cursillo de buenas prácticas.
Alguno de ellos actúan con una prepotencia y desconsideración para con sus inmediatos subalternos que, a veces, raya los lindes de la denuncia en algunos casos y que crea un gran malestar entre los técnicos.
Unas veces, eso es atribuible a la incompetencia y la inseguridad a la hora de coordinar los trabajos y otras veces es sencillamente una cuestión de carácter, de mal carácter y de una visión retrograda de cómo se deben realizar las tareas. Se podría entrar también en cuestiones psicológicas y en complejos de superioridad y a veces, de inferioridad, pero no va a ser el caso.
Las malas artes para dirigir los trabajos hacen que se resientan las espaldas y la moral hasta el punto de llegar a veces al límite de la paciencia de algún técnico (como es comprensible cada uno tiene sus límites), lo que provoca situaciones tensas que, en ocasiones, no se sabe como pueden acabar; solo el buen criterio y el sentido común hacen que la cosa no vaya a más.
Quizás de todas formas, el problema sea de base (o de pico) ya que a los que están encima de la pirámide habría que darles de comer aparte. Sus formas y modos no son propios de alguien que ocupa esos cargos. Los comportamientos, a menudo son despóticos como si fueran “los señoritos del cortijo” y cuando las cosas no salen como se pretende, la reacción más inmediata es gritar. Esto ha llevado a más de una llorera y a más de alguna baja depresiva por parte de algunas personas.
Pensamos que no ayuda ciertamente a la fluidez del trabajo.
Insistimos pues en que se utilice parte del presupuesto destinado a formación en formar a estos jefecillos