La última sonámbula no impide que
los trabajadores del Liceo se mantengan en vigilia.
Vigilantes ante una dirección que le
hace el trabajo sucio a Mascarell: pretendiendo “vender la moto”
a los miembros de la comisión de cultura. Mienten más que hablan y
para recordárselo estaban los pitos, los gritos y las pancartas.
Mascarell continua golpeando al Liceu,
al igual que a toda la cultura en general. La industria es su
interés y la reconversión de lo público su especialidad. Solo
que... tendrá que dar explicaciones públicas en lugar de buscar, en
privado y no tan en privado, culpables que lo exoneren.
No engaña a nadie. Se pide su dimisión
con plena consciencia de su responsabilidad. En todo momento, bajo
cualquier chaqueta.
Respecto a Guasch que se puede decir de
quien lleva al responsable de propaganda, Joan Corbera (en el papel
de J. Goebbels), en lugar de responsables de las áreas económicas o
de personal del Liceu: Que miente y pretende engañar. Dar gato por
liebre.
¿El declive de un mal vendedor? ¿un falso
cristiano?
o sencillamente un mezquino que vive del perjuicio ajeno.
!!Al diablo con ellos!!
El noi del sucre
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