Al final no se ha traído
un bisturí de su anterior empleo en La Alianza, y eso que seguramente había
muchos, pero parece que a los machotes les va más el hacha cuando no la moto
sierra para así evocar la matanza de Texas.
A estos personajes sin escrúpulos
y sádicos por naturaleza les va más el gore. No hay compasión y si una buena
dosis de regusto por la sangre. Así, cortando poco a poco empezó el mes y así
lo termina, cebándose mayoritariamente en los más débiles, oficiales de primera
de administración, es decir, los sueldos más bajos.
Quizás esto pueda tener
la complacencia de algunos trabajadores que se han ido quejando reiteradamente
de que “mayoritariamente” se despidieran a trabajadores de su colectivo, pero
no nos equivoquemos, que haya algún trabajador insensible, ciego, sordo aunque
desgraciadamente no mudo no quiere decir que haya una mayoría que pueda tener
la tentación de aplaudir las acciones llevadas a cabo por la empresa. Que no
olviden además estos pocos que nadie es intocable y que aún están en los
albores de las bajadas de sueldo.
Es cierto que ha habido
un cierto cambio de estilo. Este killer es más profesional y se ha traído del
brazo a un símil de Goebels para transmitir a su gusto y manera, para contar
medias verdades, seccionarlas, mezclarlas y confundir finalmente a la masa
haciendo creer que está liberando al teatro de una carga inútil. Nada más
falso. Los oficiales son personas que han sido llamadas para ejercer funciones
indispensables para el funcionamiento del teatro. Otra cosa podrían ser algunos
jefecillos con parientes o amigos que usan a esos oficiales para hacer su
trabajo.
Nuestra más sincera
solidaridad para con los despedidos y nuestro grito más enérgico y combativo
para llamar a movilizarnos, a no creernos intocables pero tampoco pensar que
somos frágiles. Es tiempo ya de cambiar las tornas.
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