sábado, 1 de febrero de 2014

Las alianzas


Al final no se ha traído un bisturí de su anterior empleo en La Alianza, y eso que seguramente había muchos, pero parece que a los machotes les va más el hacha cuando no la moto sierra para así evocar la matanza de Texas.

A estos personajes sin escrúpulos y sádicos por naturaleza les va más el gore. No hay compasión y si una buena dosis de regusto por la sangre. Así, cortando poco a poco empezó el mes y así lo termina, cebándose mayoritariamente en los más débiles, oficiales de primera de administración, es decir, los sueldos más bajos.

Quizás esto pueda tener la complacencia de algunos trabajadores que se han ido quejando reiteradamente de que “mayoritariamente” se despidieran a trabajadores de su colectivo, pero no nos equivoquemos, que haya algún trabajador insensible, ciego, sordo aunque desgraciadamente no mudo no quiere decir que haya una mayoría que pueda tener la tentación de aplaudir las acciones llevadas a cabo por la empresa. Que no olviden además estos pocos que nadie es intocable y que aún están en los albores de las bajadas de sueldo.

Es cierto que ha habido un cierto cambio de estilo. Este killer es más profesional y se ha traído del brazo a un símil de Goebels para transmitir a su gusto y manera, para contar medias verdades, seccionarlas, mezclarlas y confundir finalmente a la masa haciendo creer que está liberando al teatro de una carga inútil. Nada más falso. Los oficiales son personas que han sido llamadas para ejercer funciones indispensables para el funcionamiento del teatro. Otra cosa podrían ser algunos jefecillos con parientes o amigos que usan a esos oficiales para hacer su trabajo.

Nuestra más sincera solidaridad para con los despedidos y nuestro grito más enérgico y combativo para llamar a movilizarnos, a no creernos intocables pero tampoco pensar que somos frágiles. Es tiempo ya de cambiar las tornas.

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