jueves, 8 de octubre de 2015

En la fiesta de guasch todo el mundo salía con unas cuantas deudas de más.

Las diferentes direcciones generales que ha tenido el teatro desde su reconstrucción son realmente curiosas y manifiestan diferentes maneras de prepotencia y paternalismo, ese buenismo tan cristiano de esta nuestra sociedad tan católica, apostólica y romana.

Caminal pertenecía a la burguesía catalana y fue hábil a la hora de recaudar fondos entre conocidos para reconstruir el teatro. Mientras tanto trataba paternalistamente a los trabajadores que no perdieron sus puestos de trabajo.

Eso tuvo un coste, favores. Estos favores se fueron devolviendo en forma de prevendas por un lado y contratos para los diferentes familiares y amigos. Pero era mucho el dinero. Eran momentos en que el endeudamiento estaba a la orden del día y así, se fue hacia un proyecto casi faraónico que, más tarde pagaríamos los de siempre, los trabajadores.

Llegó en un suspiro Cullell. Esta, que venía de la política, vio dinero y decidió mantener la burbuja y repartirse parte del pastel antes de que explotara. Aprovecha así mismo su cargo como trampolín para alturas mayores. Más tarde. pagaríamos los de siempre, los trabajadores

Llega Marco, también de la política, pero este, más tonto y servil si cabe. Intenta mantener el estatus. La crisis lo desborda rápidamente. Incapaz de resolver los problemas, hace lo que le dictan desde las instituciones y lo que marcan los nuevos tiempos, cargar todo el peso sobre los de siempre, los trabajadores.

Y en eso llegó Roger. La gran esperanza blanca de las instituciones instaladas en la generalitat. Con grandes ideas y sin rémoras.

Las grandes ideas pasan por lo de siempre. Despidos, bajadas salariales, aumento de la carga de trabajo, reducción en el gasto general. Las rémoras las aporta él. Entra en avalancha la secta esade y contrata servicios y altos cargos ávidos de experiencias, contactos y dinero. Pronto descubre la potencialidad que tiene para su carrera la marca del teatro y aprovecha los contactos políticos que esta le ofrece. Quien siga su trayectoria cuando desaparezca del teatro podrá contrastar esta aseveración.

El desprecio hacia los trabajadores que demuestra este personaje es insuperable. Trata a estos como meros objetos sin capacidad de raciocinio (nadie hay más listo que él) y al que disiente lo aparta. Da clases magistrales de buen hacer y gestión que nadie más es capaz de igualar y se vanagloria de sus éxitos (más que dudosos) empleando a la prensa del régimen y todos los medios de los que dispone para encumbrar su grandeza. Cuantas veces se jacta de que aquí cobra menos dinero de lo que podría cobrar en otros sitios (siempre sin mostrar su sueldo) pero es obvio que este es un purgatorio para él, un trampolín para metas mayores. Mientras tanto, la idea es que paguemos los de siempre, los trabajadores.

Quizás falten aún fotos y bustos con su imagen por el teatro pero, todo se andará.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los esadianos, la última plaga que está asolando la tierra, a parte de IESE del PP y ESADE Ciu,Erc,etc etc..
Todas escuelas de "negrocios" contrastadas