Caminal pertenecía a la burguesía catalana y fue hábil a la
hora de recaudar fondos entre conocidos para reconstruir el teatro. Mientras
tanto trataba paternalistamente a los trabajadores que no perdieron sus puestos
de trabajo.
Eso tuvo un coste, favores. Estos favores se fueron
devolviendo en forma de prevendas por un lado y contratos para los diferentes
familiares y amigos. Pero era mucho el dinero. Eran momentos en que el
endeudamiento estaba a la orden del día y así, se fue hacia un proyecto casi
faraónico que, más tarde pagaríamos los de siempre, los trabajadores.
Llegó en un suspiro Cullell. Esta, que venía de la política,
vio dinero y decidió mantener la burbuja y repartirse parte del pastel antes de
que explotara. Aprovecha así mismo su cargo como trampolín para alturas
mayores. Más tarde. pagaríamos los de siempre, los trabajadores
Llega Marco, también de la política, pero este, más tonto y
servil si cabe. Intenta mantener el estatus. La crisis lo desborda rápidamente.
Incapaz de resolver los problemas, hace lo que le dictan desde las
instituciones y lo que marcan los nuevos tiempos, cargar todo el peso sobre los
de siempre, los trabajadores.
Y en eso llegó Roger. La gran esperanza blanca de las
instituciones instaladas en la generalitat. Con grandes ideas y sin rémoras.
Las grandes ideas pasan por lo de siempre. Despidos, bajadas
salariales, aumento de la carga de trabajo, reducción en el gasto general. Las
rémoras las aporta él. Entra en avalancha la secta esade y contrata servicios y
altos cargos ávidos de experiencias, contactos y dinero. Pronto descubre la
potencialidad que tiene para su carrera la marca del teatro y aprovecha los
contactos políticos que esta le ofrece. Quien siga su trayectoria cuando
desaparezca del teatro podrá contrastar esta aseveración.
El desprecio hacia los trabajadores que demuestra este
personaje es insuperable. Trata a estos como meros objetos sin capacidad de raciocinio
(nadie hay más listo que él) y al que disiente lo aparta. Da clases magistrales
de buen hacer y gestión que nadie más es capaz de igualar y se vanagloria de
sus éxitos (más que dudosos) empleando a la prensa del régimen y todos los
medios de los que dispone para encumbrar su grandeza. Cuantas veces se jacta de
que aquí cobra menos dinero de lo que podría cobrar en otros sitios (siempre
sin mostrar su sueldo) pero es obvio que este es un purgatorio para él, un
trampolín para metas mayores. Mientras tanto, la idea es que paguemos los de
siempre, los trabajadores.
Quizás falten aún fotos y bustos con su imagen por el teatro
pero, todo se andará.
1 comentario:
Los esadianos, la última plaga que está asolando la tierra, a parte de IESE del PP y ESADE Ciu,Erc,etc etc..
Todas escuelas de "negrocios" contrastadas
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